La emisora católica escucha, porque no es la sucursal de un salón de clases ni una opción netamente educativa o prohibitiva. Sabe que está llamada a ayudar a los hombres para alcanzar la verdadera posibilidad de una plenitud en sus semejantes y delante del rostro de Cristo. "Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado”. (Mt. 28, 19-20).